Por Gabriel Belén
Agencia Comunicación Popular Noticias
Luego de que el ministro de Ambiente y Espacio Urbano, Diego Santilli calificara como “exitoso” el brutal desalojo de cientos de familias del Parque Indoamericano en el barrio de Soldati, el Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, ofreció como explicación del saldo del operativo (dos muertos y varios heridos, incluyendo una niña de 3 años) que las muertes no tienen que ver con el uso de balas de plomo en vez de balas de goma (como indica la ley en estos casos), sino con el “descontrol de la inmigración”
El denominador común de todas las posturas reaccionarias es el empleo de razonamientos lineales. Y este lineal y unicausal razonamiento, que vaya uno a saberquién se lo habrá soplado, fue históricamente defendido por los personajes más nefastos que tuvo nuestro país. No es sorpresa para nadie que una vez más la realidad sea exactamente opuesta a todo lo que él expresa: según datos del Ministerio del Interior, la cantidad de extranjeros en la Argentina viene cayendo vertiginosamente desde hace décadas, pasando de 1.903.159 en 1980 a 1.543.940 en el año 2001
Pero debemos reconocer que Macri aclara esta cuestión, el problema, según su primitiva forma de ver el mundo, no serían los inmigrantes en general, sino sólo los que vienen de países limítrofes. Es así como no sería un problema la cantidad de inmigrantes, sino algo así como la calidad de los mismos.
La excusa de la “inmigración descontrolada” (tanto del exterior como del interior del país) siempre está a mano para justificar cualquier inoperancia política y/o desastre que haya generado su gobierno. Por ejemplo, la usó cuando recortó 100 millones del presupuesto al Hospital Garrahan porque “sólo el 15% de los porteños” se atienden ahí, y la usa cuando a pesar de que el artículo 8° de la Ley de Migraciones 25871 del 2004 señala que “no podrá negársele o restringírsele en ningún caso, el acceso al derecho a la salud, la asistencia social o atención sanitaria a todos los extranjeros que lo requieran” dio la orden para que en los hospitales de la ciudad se le dé prioridad de atención a los porteños.
No es casual que EEUU, país que él admira profundamente, y que gracias a un reciente cable filtrado por Wikileaks también sabemos que le solicita reiteradamente que intervenga en nuestros asuntos internos (hecho que según el art 215 inciso 1 del código penal califica como traición a la patria y tiene como pena prevista prisión perpetua), persiga también una política netamente represiva y humillante contra la población extranjera.
La política de instalación de racismo y odio en la población surgió como política de Estado en los inicios de esa república para dividir y así someter a los ciudadanos, ya que los criados blancos luchaban junto a los esclavos negros para lograr juntos su liberación y eso debía evitarse a toda costa. Ese odio ha evolucionado a tal punto que hoy grupos neonazis yankees patrullan fronteras para que solamente los blancos no judíos heterosexuales accedan a territorio estadounidense
Y lo mismo sucederá aquí mientras se difunda e instale mediáticamente la idea de que la desocupación, el crimen y ahora también el déficit habitacional no surge de losbrutales recortes presupuestarios que el PRO realiza sobre los programas de política de vivienda, sino por la llegada de nuestros hermanos latinoamericanos.
Fuente cuadro 2: Diagnóstico de las poblaciones de inmigrantes de la Argentina. Marcela Cerrutti. Serie de documentos de la Dirección Nacional de Población. Ministerio del Interior.
Fuente del gráfico: Elaboración propia en base a datos del INDEC
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Tomado de comunicación popular
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