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lunes, 6 de diciembre de 2010

LA LETRA OLVIDADA

             K 
Recuerdo que en la primaria, cuando hacíamos ejercicios con el diccionario,(hoy la mayoría de los chicos, no saben que existe), y nos tocaba decir palabras o armar frases con palabras que tuvieran la letra K, a gatas encontrábamos kilo, kiosco o kerosen. Y no mucho más. La pobre K estaba allí como de adorno, como la cenicienta del abecedario.
Hasta el 2003, año en que despertó de su letargo idiomático ancestral, y ganó la primera plana de todos los diarios y comenzó a ser nombrada en radio y televisión asiduamente.
Se nos vino desde lo más remoto de la patria donde había estado confinada por tanto tiempo. Y comenzó a ser respetada como nunca. Se la nombraba asiduamente y se la relacionaba con la salvación de un país que estaba al borde de un negro precipicio. Su liderazgo se hizo casi omnipotente, y comenzó a decirse, por ejemplo, el plan K de gobierno. La politica K. El liderazgo K. La era K. Y se dió el lujo de desbancar a la C, que durante dos mil años rigió los tiempos de la historia. Ya no fue A.C o D.C, la referencia para ubicar algún suceso en el tiempo, sino A.K y D.K. Y cosas por el estilo. Nada se hacía en este país sin que ella estuviera de algún modo presente.
Pero la historia no da nada gratis, siempre tiene un precio el éxito. Y apareció la perogrullada. “el poder corrompe”, y la cita donde se estigmatiza al pobre e inocente pato criollo.
Y aparecieron otras palabras, por ejemplo, korrupción, negocios K, en referencia a negocios,(mas que nada negociados) poko trasparentes.( Skanka) komisiones, koimas, Y a medida de que la cosa se deskomponía, se modificó el INDEK. Hasta aparecieron los hasta ahí odiosos piqueteros. Y con la gesta de Gualeguaychú se convirtieron en piketeros, ganando respetabilidad con los D´elia, Moyano y otros que se incorporaron a esa noble profesión.
Ahora, cuando la kosa se ponía kolor de hormiga, no se le okurrió mejor idea a Mister K, que hacer subir al escenario a ¡¡¡KRISTINA!!!, que iba a kompletar la magna obra hecha hasta ese momento. Lo demás es historia reciente y komentarla es echar sal en la herida. Se instaló en el país la krisis como forma de vida. Para todos, solo que algunos no cortamos rutas. Todavía. Hasta el pobre pato criollo quedo fuera del rating. El, cada dos pasos hacía lo suyo, Krisistina, cada vez que tiene solo la intención de mover un pie. Ahora sólo se habla de la política KK, los planes (?) de gobierno KK. En suma, la Argentina entró definitivamente y a patadas, en la era KK. La historia registrará esta malhadada era KK como la era en que la Patria estaba al borde del precipicio y el clan KK le hizo dar un paso al frente.
Navegando por internet, dias pasados leí una nota dirigida a la Real Academia Española, de una tal letra k,(si, con minúscula, como avergonzada y para que nadie se diera cuenta), pidiéndo humilde y respetuosamente, la hicieran volver al rincóncito casi ignoto del diccionario que había ocupado siempre. Y para que se la pudiera usar de nuevo, poco pero dignamente nombrando al kilo, el kiosco y el kerosen.
CHE CACHO


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